Valladolid, 5 mar (EFE).- Sabido es que los toreros, creadores al borde del abismo, suelen encomendarse a la divina providencia para pedir protección en el rito de suerte y muerte que ofician cada tarde, pero no es habitual que suceda lo contrario y acudan, por ejemplo, al socorro de su patrón, san Pedro Regalado, para restaurar su santuario y tumba, en la pedanía de La Aguilera (Burgos).
Una nutrida representación de matadores, convocados por el ganadero Antonio Bañuelos y la Fundación El Juli, peregrinará el próximo sábado hasta la tumba del fraile franciscano, en el monasterio de La Aguilera, para conocer sobre el terreno la precaria situación del cenobio y, de paso, resucitar una tradición taurina.
Se trata de la bendición de los trastos o trebejos -muletas, capotes y estoques- que hasta finales de los años setenta del siglo XX era común, al principio de temporada, delante de la urna del patrón de los toreros, ha explicado hoy a Efe Lorena de la Fuente, veterinaria y asesora de la plaza de toros de Burgos.
Jesús Martínez «Morenito de Aranda», Víctor Barrio, Juan Diego, José Miguel Pérez «Joselillo», David Castro «Luguillano», Manolo Sánchez, José Ignacio Ramos y una representación de alumnos de la escuela de tauromaquia de El Juli en Arganda del Rey (Madrid) han comprometido su asistencia para renovar esta vieja costumbre.
La reparación de la cubierta, fachadas y forjado del coro, el tratamiento de humedades o maderas y la renovación del sistema eléctrico son las necesidades más perentorias del convento que cobija los restos de san Pedro Regalado (1390-1456), donde desde 2010 residen más de doscientas religiosas de la congregación Iesu Communio.
Las monjas, caracterizadas por su hábito de tela vaquera, proceden del excedente de vocaciones que hace casi una década floreció entre las clarisas de Lerma, lo que obligó a su traslado a La Aguilera previa cesión del monasterio y posterior venta por parte de la orden franciscana.
«Al conocer el estado del convento y viendo que está dedicado al patrón de los toreros, san Pedro Regalado, donde reposan sus restos, nos propusimos realizar una serie de iniciativas que, vinculadas con el mundo taurino, pudieran ayudar a la recuperación de este patrimonio», ha añadido De la Fuente.
El comité organizador estima en 700.000 euros el coste de la restauración en una iniciativa que pretende involucrar a la profesión taurina.
Un comité instituido el pasado 7 de febrero en Burgos y del que forman parte la Fundación El Juli y el ganadero Antonio Bañuelos; los empresarios José Ignacio Ramos y Mariano Jiménez; los veterinarios Santiago Bardal y Lorena de la Fuente, y el Banco Espirito Santo.
La celebración de un festival sin picadores en Lerma (Burgos), a principios de mayo, es otro de los proyectos para recaudar fondos con los que adecentar la última morada del fraile Pedro Regalado, reformador de la orden franciscana y nombrado patrón de los toreros por el milagro que se le atribuye de amansar un toro bravo, desmandado y herido, en las inmediaciones de Valladolid.
Pero también los es de los internautas por los fenómenos de bilocación (facultad de estar en más de un lugar de forma simultánea) que le atribuyen sus hagiógrafos.